Con el transcurrir de los dias, nos hemos ido acostumbrando a improvisar diferentes tours por la urbe con el fin de no dejar de sorprendernos. Un despiste en cada paso, en cada movimiento, puede ser una perdida irreparable para nuestros archivos. Los cinco sentidos de cada uno de nosotros deben de estar al maximo nivel de sensibilidad y operatividad. De no ser asi, nos vemos obligados a amistarnos con el arrepentimiento.
La curiosidad diaria que Marruecos inculca al individuo llega hasta tal grado que, a pesar de la barrera idiomatica, nosotros hemos tenido la osadia de escuchar radios locales, ver television por satelite de todos los paises de la region arabe y hasta sostener con la mano derecha y abrir con la izquierda las paginas de un diario de la zona de Tanger.
(En la foto Juan de Sola ojea la portada de un periodico tangerino.)
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